La relación con el Mezcal en la hermosa tierra de Oaxaca es como un romance de telenovela, lleno de pasión, giros inesperados y un amor inquebrantable. El Chavo y Kiko, ¡una dupla inseparable! También como lo es un buen taco y una deliciosa salsa.
¿Cuál es la clave de esta intensa relación? Para empezar, el clima, la tierra y el terreno de Oaxaca son ideales para que todas las variedades de agaves se sientan como en su hogar. Con su territorio de denominación de origen que incluye más de 200 municipios, Oaxaca es el epicentro mundial de la producción de Mezcal. ¡El agave parece haber sido creado para florecer en esta tierra!
Sin embargo, la conexión entre Oaxaca y el Mezcal trasciende la ubicación. La tradición del Mezcal en Oaxaca se ha transmitido de generación en generación. Cada copa de Mezcal te conecta con la historia de esta tierra y con las familias oaxaqueñas que han estado destilando este elixir durante siglos.
La elaboración de Mezcal en Oaxaca sigue siendo principalmente artesanal y tradicional, a pesar de su popularización cada vez mayor. Muchos mezcaleros de Oaxaca todavía emplean técnicas y herramientas tradicionales, como la tahona empujada por caballo y la fermentación a cielo abierto.
No podemos dejar de recordar a los maestros Mezcaleros, quienes destilan con pasión y amor el agave. En sus palenques, algunos públicos y conocidos, así como otros secretos o con invitación restringida, crean obras maestras como los chefs de los destilados, experimentando con ingredientes exóticos, ahumados y añejamientos.
De igual forma, hay que mencionar las múltiples mezcalerías cuando hablamos de Oaxaca. Desde los elegantes bares de la ciudad hasta las modestas tiendas de la esquina, cada rincón de Oaxaca parece tener su propia Mezcalería. Esto brinda de una riqueza sin igual en cada esquina de Oaxaca, lo que crea una experiencia de cata de Mezcal todo el tiempo.
Esto ha hecho que la UNESCO haya declarado en 2018 el proceso de producción del Mezcal oaxaqueño como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad debido a su calidad y aportación a la felicidad del mundo.
¡Hasta ver la cruz, salud!